El Tajúngapul es nuestra identidad original, el primero de nuestros vinos, la primera búsqueda, la personalidad más compleja que más tiempo requiere para desarrollarse.

Siempre tuvimos claro que la mezcla de cepas, la crianza en roble y el visto bueno del paladar criollo son nuestros rasgos, los que llenan la zona de confort.

Pero el desarrollo de la personalidad de mueve en términos más intuitivos. Hemos elaborado la cosecha 2013 con uvas de la primera zona, la 2015 con mezcla de Lujan de Cuyo y Tunuyán, “la 2020” en su totalidad con uvas del Valle de Uco, en una composición que es 40 % de Malbec y partes iguales de Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Petit Verdot.

La crianza en barricas de roble de segundo, tercero, cuarto y quinto uso, se dio en el 100% del vino y el alcohol final quedó en 14,2 %.

Tajúngapul de Montaña 2020 es el vino “polifuncional” que juega en cualquier lugar de la cancha.

Se siente la madera y deja contento al “Team Maderita”; es frutado y bebible y deja contento al “Team Tengo Sed Servime Más”; el abanico de descriptores hace las delicias del “Team Que Complejo es este Vino”.

Distinto y sorprendente como para ser el vino del fin de semana, bebible y amigable como para ser el vino del asado y complejo y reflexivo como para regar esa charla postergada y confidente.

Tajúngapul es el vino que siempre vas a querer adoptar.